DEFINICIÓN
Innovar es añadir mejoras a una solución o producto, mientras
que inventar supone descubrir algo nuevo. Invención e innovación
son términos utilizados sobre todo en la ingeniería y en el
diseño. En la ciencia se habla de descubrimiento, y en el mundo de
la literatura y las artes de creación. En cualquier caso, todas
estas actividades suponen aportar algo nuevo al cuerpo de
conocimientos, cultura material y tradiciones
anteriores.
Ambos procesos requieren de la creatividad. La
creatividad es lo contrario a copiar, a aplicar soluciones o
modelos anteriores.
Aunque la invención supone una creación
más radical e importante que la innovación, la innovación es la
manera en que normalmente avanzan los asuntos: realizando mejoras
pequeñas y muchas veces incrementales que van otorgando mayor
eficacia y eficiencia a nuestras actividades y
productos.
Un factor importante tiene que ver con la
relación entre creatividad y búsqueda de oportunidades, que es,
sin duda, uno de los motores de la creación de empresas nuevas y
de empleo. La creatividad se sitúa en el centro de la capacidad
empresarial; la gestión o administración, con ser muy importante,
viene después.
LA BASE DE LA CREATIVIDAD
La creatividad presupone la capacidad de distanciarse de las
soluciones dadas. Requiere confianza en uno mismo, pensamiento
independiente y tesón para seguir la propia línea de pensamiento.
Supone también flexibilidad, para ir explorando distintas
dimensiones del problema sin quedar atado a ninguna de
ellas.
La creatividad se ha asociado a la existencia de dos
tipos de procesos distintos en el cerebro, relacionados con cada
uno de los hemisferios cerebrales. Por una parte, el cerebro
izquierdo estaría especializado en el procesamiento temporal,
verbal y lógico; por la otra, el cerebro derecho procesaría la
información de manera sincrónica, cerrando configuraciones
espaciales. Este segundo conjunto de procesos constituirían la
base del pensamiento creativo, también denominado lateral por
contraposición al pensamiento lógico o vertical.
En
cualquier caso, las diferentes teorías de la creatividad enfatizan
la importancia de la capacidad para combinar ideas, percepciones,
elementos y soluciones en una nueva tendencia o estructura
(teoría combinatoria de la creatividad). Desde la
psicología de la Gestalt, la creatividad se identifica con la
capacidad de hallar una forma nueva de estructurar la realidad,
una nueva sistemática que surge de la propia información y de las
capacidades de la persona creadora. Eso sí, no se trata de la
combinación sujeta a reglas previas y mecánicas que se produce en
el pensamiento lógico, sino de un proceso perceptivo en el que se
alcanza una nueva visión.
Un aspecto importante es que,
ciertamente, todas las perspectivas de la creatividad hacen
hincapié en el hecho de que la creatividad se apoya siempre sobre
elementos previos. Todos los investigadores resaltan que la
creatividad es un proceso que acontece en expertos sobre un tema
que han dedicado muchísimas horas a conocer los entresijos de la
materia y que, sin embargo, mantienen una posición personal e
independiente. En general, la creatividad y la originalidad son
resultado de un trabajo intenso, aunque también del deseo de
simplificar ese trabajo en el futuro y de resolver el problema en
cuestión.
Cuando hablamos de expertos, no nos referimos
necesariamente expertos universitarios, sino, sobre todo, a gente
que de verdad se ha aplicado a trabajar en el tema. Sucede a
menudo que los grandes inventores son gente que trabaja en un
problema desde una fuerte motivación personal y aportan una
perspectiva nueva o fresca al no dedicarse solo al tema de
investigación. Un factor importante en la creatividad es la
capacidad de tomar distancia y ver las cosas desde una perspectiva
o con una configuración nueva.
CREATIVIDAD Y ACTIVIDAD SOCIAL
Ya hemos tratado anteriormente la importancia de la creatividad
en la actividad empresarial y económica.
Sin embargo, en el
mundo del trabajo la creatividad raramente es una licencia solo
por sí misma para ir por cuenta propia. Hay que combinarla con la
capacidad de trabajo en equipo. El creador que trabaja en equipo
combina su habilidad para pensar de forma independiente con su
capacidad para escuchar, comunicarse y valorar las aportaciones de
los demás con el fin de llegar a una creación colectiva que mejore
las posibilidades individuales.
De hecho, un factor
importante en el proceso de creación es, como se ha dicho, la
distancia y la complementariedad de perspectivas. Esto es más
fácil de conseguir en un grupo que por un solo individuo. Sin
embargo, es muy importante dirigir al grupo para que, antes de
concentrarse en la crítica -actitud que lleva necesariamente
al bloqueo de la creatividad, especialmente dada la tendencia de
los grupos a la cohesión-, se centre en la producción de
ideas nuevas. Esto se puede conseguir con técnicas como la lluvia
de ideas.
Algunas personas, sin embargo, por su gran
capacidad, pueden estar llamadas a marcar el ritmo de la creación,
por lo que, o bien trabajan solas -como muchos artistas,
músicos y diseñadores- o bien crean o adquieren sus propios
equipos y los dirigen, asumiendo el liderazgo de sus
organizaciones.
Finalmente, hay que resaltar que en nuestras sociedades el
proceso de creatividad e invención está protegido por la
legislación y se desarrolla en relación con los conceptos de
invento y propiedad intelectual. Un invento es un modelo que se
puede replicar en forma de copias y que supera en algún aspecto el
estado del arte de su ámbito. Los inventos se protegen mediante
modelos y patentes. La propiedad intelectual es el fruto del
trabajo intelectual y artístico en sus diferentes facetas
-publicaciones, fotografías, dibujos, etc.- y se protege
mediante el registro de la propiedad intelectual y el derecho de
copia. En definitiva, la sociedad asegura al inventor o creador
unos derechos económicos -además de morales- en el caso
de que su invento o creación vaya a ser replicada de cualquier
manera, y de esta manera protege la actividad de invención.
TIPOS DE CREATIVIDAD
Autores como H. G. Gough nos ayudan a comprender que no hay
solo un tipo de creatividad. Gough detectó ocho clases muy
distintas de personalidad innovadora:
- Fanáticos (incansables)
- Iniciadores (estimuladores)
- Diagnosticadores
- Eruditos (memoria, detalle, orden)
- Mañosos (hábiles en dar forma)
- Estetas (analíticos, formales)
- Metodólogos (conceptualizadotes, analistas formales y
matemáticos)
- Independientes
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